El último obituario que escribí fue en 2011, cuando murió Xabier Gereño era uno de esos escritores que huelen a tinta y a la humanidad que desprende el contacto con sus lectores. Hoy despido a Jorge Mario Bergoglio, me quedo con su nombre original, me quedo con ese cura anterior a estos últimos doce años que lo conocimos. Obviamente no lo hubiesemos conocido sino hubiese sido Francisco. Me encanta esa frase suya de que quería pastores que huelan a oveja, dice mucho no solo del oficio sacerdotal, deberíamos apuntarlo aquellos que tenemos despachos y trabajamos con gente. Hay que oler a oveja.

Hans Kung escribía en el libro “Siete papas”:

Así pues, si fue posible integrar finalmente a Francisco de Asís y su comunidad en el sistema romano, tampoco cabe excluir, desde luego, que un papa Francisco, además jesuita, termine siendo ganado por el sistema romano que debería reformar.

Desconozco en que medida Roma cambió a Jorge, pero lo cierto es que mantuvo muchas de sus virtudes que tuvo en Argentina: un hombre que comunicaba muy bien, que tenía en el sentido del humor una de sus mejores herramientas, una persona que vivía por y para las periferias, nunca podremos olvidar los prosaharauis su audiencia con niños y niñas saharauis refugiadas, nos instó a hacer lío (recomiendo la serie), que no rehuía preguntas complicadas (lo vi con Évole y en Amén. Francisco responde de Disney +), gran conversador (como lo retrataron en Los dos papas)…

Soy creyente y creo que lo he sido un poco más estos doce años por gente como Jorge Mario, no tanto por Francisco y lo que él representa. Pero ese es un tema mucho de mucha más hondura, que precisaría muchas líneas.

Feliz lunes de pascua y mejor semana,

Gorka “pelín católico” Fernández Mínguez

PD: Si tienes un rato escucha el contrapunto a este mi obituario expuesto por un profesor de Religión que fue expulsado de una orden carmelita y es youtuber.